24 de enero de 2015

¿Vuelven los Panteras Negras?

Después de que los ajusticiamientos policiales a jóvenes negros se hayan acelerado en Estados Unidos en los últimos meses, la comunidad afroamericana parece que ha tomado conciencia de que, como enseñaron en los años sesenta y setenta los conocidos como Panteras Negras, solo ellos pueden garantizar su seguridad en un estado racista, opresor y totalitario como Estados Unidos. En realidad, como enseñó Lenin, la única garantía posible de democracia es un fusil en el hombro de cada obrero, una enseñanza que se puede aplicar también a la lucha de los trabajadores negros por su emancipación de la explotación blanca.
Huey P Newton Gun ClubCiertamente, toda lucha contra la explotación se enmarca en la lucha de clases entre los capitalistas y los obreros, los que viven del trabajo ajeno y los que producen la riqueza; y por eso no se trata en esencia de conflicto entre razas, sexos,  religiones o naciones, sino entre explotadores y explotados, burgueses y trabajadores. En consecuencia, mientras los trabajadores, independientemente de su raza, sexo, religión, o nación no se armen para tomar el poder, derrocando la tiranía de la minoría parasita, capitalista, seguirá sufriendo las consecuencias de la barbarie del sistema.
El pasado mes de agosto, tras el homicidio de Brown, varias decenas de ciudadanos afroamericanos de Dallas decidieron poner fin a la inseguridad que sufren a causa del color de su piel: así, el llamado Huey P. Newton Gun Club ha salido a las calles con fusiles de asalto. Su propósito es claro: defenderse de las agresiones con patrullas vecinales. Luchar con las armas en la mano.
Según algunos de sus ideólogos, el principal objetivo es conseguir mantener a salvo las vidas de la población negra, a la vez que denunciar la brutalidad policial y su marcado carácter racista. Se basan en el derecho de la comunidad a la autodefensa armada, uno de los puntos, concretamente el séptimo, recogidos en su Ten-Point Program de 1966 (el Manifiesto de Panteras Negras). En consecuencias, vuelven los gritos de "Black power", que dejan sitio a algún que otro "No more pigs in our community", ecos de aquellos mitificados sesenta en los que se institucionalizó el uso del término "pigs" (cerdos) para designar a los policías blancos.
El Huey P. Newton Gun Club surge de la mano del New Black Panther Party de la ciudad de Dallas. Esta escisión de la organización original trata de hacer renacer los planteamientos ideológicos de la década de los 60, aunque teniendo en cuenta que la fortaleza del movimiento en número y estrategia ya no pueden ser las mismas.
El hecho de que estas patrullas se den en Texas no significa poco. Aunque ciudades con fama de cosmopolitas como Nueva York y Los Angeles tengan tengan sus propios Eric Garner o Rodney King, el sur estadounidense sigue siendo un territorio más complicado para la igualdad racial.
El Huey P. Newton Gun Club quiere dar un paso más. Ha convocado, para el próximo 16 de marzo, la jornada Arm up for self-defense, un día de patrullas ciudadanas en cada gran ciudad de EEUU, con armas allá donde fuera legal portarlas. En su comunicado, aconsejan los departamentos de policía y edificios federales como lugares apropiados a los que acercarse ese día.
El Huey P. Newton Gun Club se movilizó a favor de la justicia por Mike Brown
Pero las preguntas que surgen alrededor de estas patrullas armadas no son pocas, teniendo en cuenta que en el debate se entrecruzan racismo y la peculiar cultura de armas norteamericana. La principal, sobre sus bases ideológicas. Es difícil pensar que sus miembros tengan una organización y unos objetivos revolucionarios como sus antecesores, los Panteras Negras; es decir, aunque las condiciones objetivas sean suficientes para que los explotados pasen a la ofensiva, las subjetivas no están ni mucho menos maduras, después de años de desmovilización, criminalización del comunismo y la rebeldía y ausencia de organizaciones de vanguardia. Todo ello deja siempre abierta la posibilidad de que los miembros sean arrastrados por tendencias fascistas, que acentuen las razones raciales y el odio de unos grupos contra otros en vez de tener el objetivo claro de que todos los trabajadores son hermanos de clase y que el enemigo común es el explotador (una estrategia que funcionó bastante bien en todo el mundo cuando el capitalismo tuvo necesidad de desactivar y controlar el movimiento obrero).
De momento, el propósito de la Huey P. Newton es poner freno a datos escalofriantes como este: los adolescentes negros tienen 21 veces más posibilidades de ser mortalmente disparados por la policía que los blancos.
Ante la agresión policial, la comunidad negra parece querer encontrar igualdad mediante las armas. A tenor de los datos y el último año de víctimas afroamericanas en Estados Unidos, la brutalidad racista nunca desapareció, pues jamás se acabó con la barbarie capitalista. 

1 comentario:

Piedra dijo...

Años inmersos en el sistema de consumo los han debido convertir en simples consumidores que reclaman su derecho a poder consumir en paz, como los blancos.
Para compensar la balanza, el estado animará a actuar a los grupos fascistas pro-blanco; A los civiles, me refiero, además de la policía misma.

Saludos.

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