Para ello, "debemos levantar la bandera roja comunista y enterrar a los oportunistas que la arrastran por el fango. A pocas semanas del Centenario de la Revolución de Octubre debemos reivindicar que sí es posible que la clase trabajadora tome las riendas de la Historia".
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El Régimen del 78 se tambalea. El referéndum de autodeterminación del 1 de octubre es un momento de fractura que abre una brecha en uno de los pilares fundamentales del Estado: la unidad de España. Ahora, el Régimen busca salvar esta unidad poniendo en juego otra pieza fundamental del edificio: la Monarquía.
El mensaje del Borbón es muy claro: el Estado garantizará la unidad de España a toda costa. Ni una mención a los casi 900 heridos del domingo, lo que la convierte en la jornada represiva más brutal desde los sucesos de Vitoria del 76. Esto demuestra que el Régimen está dispuesto a profundizar en la represión. Cierra así cualquier posibilidad de negociación con Catalunya y demuestra que las pretensiones reformistas de un referéndum pactado son una quimera irrealizable.
No faltarán los lastimosos llantos de los máximos representantes del oportunismo. Alberto Garzón lamenta que el monarca “no haya estado a la altura del momento político” y haya cerrado las puertas al “diálogo y el entendimiento”. ¡Diálogo y entendimiento! Al señor Garzón le incomoda todo lo que perturbe la cotidiana paz en la que apoya su estrategia reformista, y se ve desbordado cuando la movilización popular en Catalunya pone al desnudo el carácter de clase del Estado. Su proclama de “¡Viva la República!” no vale de nada si pretende alcanzarla mediante pactos amables, igual que pretende que los catalanes pacten el referéndum.
Los acontecimientos se suceden apresuradamente y las contradicciones se agudizan. En pocos días podríamos encontrarnos ante una Declaración Unilateral de Independencia (DUI) de Catalunya y ante una brutal intensificación de la represión por parte del Estado. Ante este escenario, los y las comunistas del Estado español debemos defender resueltamente los siguientes puntos.
En primer lugar, defender sin fisuras el derecho de autodeterminación del pueblo catalán y de todos los pueblos oprimidos del Estado español. Reconocer la legitimidad del referéndum del pasado 1 de octubre y el resultado de él emanado. Por tanto, reconocer la DUI si ésta se produce.
En segundo lugar, levantar bien alto la bandera de la III República. Dos de los pilares fundamentales del Régimen, la unidad de España y la Monarquía, están colapsando en una misma brecha, y debemos golpearlos con dureza simultáneamente. Como aquel cartel que en el 36 llamaba a la defensa de Madrid afirmando que defender Madrid era defender Catalunya, hoy debemos decir que la lucha por la autodeterminación de Catalunya es la lucha por la República, y viceversa.
Por último, debemos levantar la bandera roja comunista y enterrar a los oportunistas que la arrastran por el fango. A pocas semanas del Centenario de la Revolución de Octubre debemos reivindicar que sí es posible que la clase trabajadora tome las riendas de la Historia. Para ello necesitamos una organización de vanguardia que sepa aprovechar todas las oportunidades que se le presenten. El tercer pilar del sistema, el capitalismo, será el más duro de derribar. Los capitalistas españoles y sus socios imperialistas ya se han posicionado claramente. Podrán ceder en la forma de organización del Estado, pero jamás cederán el control material sobre nuestras vidas sin una lucha hasta el final.
Vivimos tiempos extraordinarios que requieren lo mejor de todos y todas nosotras. Necesitamos unidad, necesitamos organización. Necesitamos construir entre todas el Partido Comunista.
¡LEVANTEMOS LA BANDERA ROJA EN DEFENSA DE CATALUNYA!
¡LA CAUSA DEL PUEBLO CATALÁN ES LA CAUSA DE LA LIBERTAD!
¡LA CAUSA DEL PUEBLO CATALÁN ES LA CAUSA DE TODOS LOS PUEBLOS!
¡NI GUERRA ENTRE PUEBLOS NI PAZ ENTRE CLASES!
1 comentario:
Muy bien artículo por lo orientador. Pone el dedo sobre los puntos clave del sistema de poder que han sido conmovidos por el 1-O. Se descosen, a ojos vista, el Estado monarcofascista, la “unidad nacional” nacida en el acto de 1978, como los medios propaganda oficiales y oficiosos. Sin embargo, hay un garbanzo negro en todos estos sucesos, el Ejército. ¡El Ejército, nada republicano por cierto y en el que el fascismo ha sentado sus reales, se movilizará! No por un cambio democrático de la situación política en España, sino por todo lo contrario
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