25 de abril de 2020

Informe del PCm italiano sobre la pandemia de Covid-19 y la lucha obrera / Italian PCm report about Covid-19 pandemic and the workers' struggle


El Partido Comunista Maoísta de Italia (PCm) resume en su último informe cómo ha continuado la lucha de clases durante la pandemia de Covid-19 y la doble imposición de la burguesía de encerrarse en casa y, a la vez, seguir produciendo plusvalía para los empresarios.

Se repasan algunos actos de protesta y resistencia y cómo se ha continuado el trabajo de concienciación y solidaridad con la clase trabajadora italiana en las circunstancias actuales:

****

En Italia, estamos a un mes y medio de emergencia por la pandemía. Comenzó desde la segunda más grande ciudad del país, Milán, en Lombardía, en cuya área hay dos grandes concentraciones industriales de nuestro país, Bérgamo, la más afectada, y Brescia.

proletari comunisti: pc 6 dicembre - speciale - Conferenza ...La pandemia ha afectado a otras regiones, también con un alto nivel de presencia industrial, como el noroeste, el Piamonte, y el noreste, el Véneto. Cerca de este cinturón norteño está Emilia Romagna, llena de pequeñas y medianas industrias de diversos tipos y grandes concentraciones de logística, con algunas ciudades como Piacenza, Módena, donde la pandemía ha golpeado fuertemente.  

Además de estas áreas, en las regiones centrales y la misa capital, Roma, hubieron niveles mucho más bajos de expansión de virus y aún más baja, al menos hasta ahora, es la influencia en las regiones del sur: de Nápoles a la Puglia y Taranto ,a la Sicilia.

Nuestro partido y sus organizaciones de masas intentaron de inmediato dar orientación a la clase obrera y a las masas, inicialmente luchando contra la información terrorista y alarmista que llevaba a las masas a una especie de miedo ciego y parálisis , sin poder comprender los que era realmente la pandemía y cómo lidiar con esa.

El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, cayó en sta fase y las fuerzas del movimiento feminista de la pequeña y media burguesía agrupadas bajo el cartel "Ni Una Menos", como en Argentina y España, inmediatamente dieron marcha atrás de los planes de movilización y huelga de las mujeres programados para esos días. La burguesía aún no había declarado el "estado de emergencia", excepto en algunas zonas del norte de Italia. Por lo tanto, en el resto del país la situación permitía huelgas y manifestaciones, pero el movimiento feminista burgués y pequeño burgués inmediatamente se retiró, en línea con lo que los sindicatos de base ya habían hecho.

El Movimiento Feminista Proletario Revolucionario, fuertemente apoyado por el Slai cobas para el Sindicato de Clase, que es la organización de clase y combativa dirigida por el PCm, mantuvo sólidamente tanto la huelga como las manifestaciones planificadas, dando indicaciones para concentrarlas principalmente en el sur de Italia, donde había mejores condiciones de viabilidad política y social. Fue precisamente en la víspera del 8 de marzo que el gobierno extendió el estado de emergencia a todo el país y, por lo tanto, ejerció su presión para revocar la huelga y las manifestaciones.

En particular en Palermo, la presión fue ejercida directamente por la policía y su oficina política, pero las compañeras se mantuvieron firmes y tuvieron tanto la huelga en algunas realidades de trabajadoras precarias, como las sentadas ante los Palacios del poder y en el centro de la ciudad. La participación fue menor de lo habitual pero aún significativa.

En Taranto la Día se vinculó con la movilización de las trabajadoras del comercio contra los despidos y la acción en la calle, aunque con la significativa ausencia de todas los grupos del feminismo pequeño burgués, vio la participación de la organización de los jóvenes comunistas de uno de los pequeños partidos neo-revisionistas existentes.

En el norte y especialmente en la ciudad que aún no se había convertido en el epicentro de la pandemía, Bérgamo, los trabajadores desafiaron las prohibiciones, encontrando la reacción agresiva de todo el frente formado por patrones, gobiernos y sindicatos oficiales.

Sin embargo, en el día internacional de la mujer la bandera de la lucha revolucionaria del proletariado se mantuvo alta, y continuó estando muy presente y activa en las siguientes semanas, cuando, con la pandemia en progreso y el estado de emergencia, la condición de las mujeres empeoró enormemente, no solamente al trabajo, sino también en los barrios, dentro las casas, onde deben luchar para problemas vitales, con los hijos en casa para las escuelas cerradas, y contras la opresión familiar que transforma la casas en prisiones y posibles lugares de feminicidio, debido al efecto de la eterna presencia del patriarcado. El MFPR continuó esta lucha literalmente cuerpo a cuerpo, para que todo esto alimente y empuje el espíritu de rebelión de las mujeres.

Mientras tanto, la pandemía se estaba extendiendo y en los principales centros industriales del norte de Italia, los obreros y los trabajadores reaccionaron de inmediato: huelgas y abstención del trabajo, espontáneas u organizadas por las cobas, tocaron una masa cuantificable en 50 mil trabajadores. A menudos hubo presión policial, intimidación de todo tipo, pero eso no impidió las huelgas y abstención masiva del trabajo.

Incluso una parte del sindicalismo oficial en Lombardía se vio obligado a declarar la huelga en las fábricas metalúrgicas.

Estas huelgas fueron muy importantes por varias razones: mostraron que los obreros y trabajadores no aceptaban de ser "carne de cañón"; rechazaron la ostentosa insistencia de los patrones a decir que "todo iba bien", "todo era seguro" y que la producción tenía que ser asegurada en cualquier caso; demostraron que no había estado de emergencia que pudiera parar la lucha de los obreros para su salud y seguridad; expusieron la hipocresía de los patrones y el gobierno que, por un lado, querían encerrar a toda la población en su casa y, por el otro, haber las fábricas llenas y los grandes centros de la logística comercial con trabajadores explotados hasta el hueso y sin dispositivos de seguridad elementales.

Podemos decir con certeza que las huelgas de trabajadores impidieron la propagación masiva de COVID-19 en las fábricas.

Coronavirus y Lucha de Clases en Italia | Diario Octubre
No solo eso, sino que esta reacción de los obreros y trabajadores, para la cual fueron decisivos los cobas, en las diversas organizaciones en las cuales están estructurados, incluida la organización combativa y de clase dirigida por nuestro partido, obligó al gobierno y a los patrones a hacer un primer paso atrás. Se subscribieron protocolos de seguridad que, aunque insuficientes, fortalecieron las estructuras de protección de los trabajadores y, sobre todo, permitieron a los trabajadores de rehusar, si el protocolo no estaba aplicado, a trabajos peligrosos.

La propagación de la pandemía, precisamente en algunas de las áreas con mayor concentración de obreros, fortaleció su resistencia y empujó al gobierno a dar un paso más atrás, indicando cuales fábricas podrían permanecer abiertas, en cuanto necesarias a la producción de productos y servicios esenciales, y las que debían cerrarse. Pero el gobierno y los patrones, con la complicidad de los sindicatos oficiales, incluyeron las multinacionales imperialistas de la industrias de guerra como estratégicas, las compañías siderúrgicas y otras unidades productivas que ciertamente no producen "servicios esenciales". Así que la lucha y resistencia en las fábricas, ahora explícitas ahora de hecho, siguieron.

Mientras tanto, ocurrieron otros eventos importantes fuera de la fábricas y otros lugares de trabajos.
Estalló furiosamente una revuelta de los prisioneros. Uno de los disturbios más grandes en las cárceles de las últimas décadas en nuestro país. Los detenidos comprendieron de inmediato que no era posible defenderse del virus y, por lo tanto, se rebelaron a partir de la prisión de Módena. La reacción del Estado se volvió de inmediato violenta, hubieron fuertes enfrentamientos dentro y fuera de las cárceles, los detenidos ocuparon alas de las cárceles, incendiaron y devastaron partes de las estructuras para convertirlas en medios de resistencia y enfrentar la violencia asesina del Estado. En pocos días la revuelta se extendió a todas las cárceles del país, de norte a sur, y también impulsó a los familiares y organizaciones de solidaridad a movilizarse en apoyo. Dentro de las cárceles una masacre dejó 16 muertos oficiales, y numerosos prisioneros heridos, torturados, deportados y sometidos a las medidas más severas que se aplicaban, en particular a los presos políticos de las Brigadas Rojas. Frente a las prisiones de Milán y otras ciudades, la policía asaltó las manifestaciones de familiares y organizaciones de solidaridad.

El Socorro Rojo Proletario llevó incansablemente su voz de denuncia y apoyo, desenmascarando las mentiras del estado que afirmaba que los prisioneros asesinados en realidad habían muerto de sobredosis y al mismo tiempo dieron voz a cada escrito proveniente de las cárceles y los familiares, haciendo esto en todo el territorio nacional.

La rebelión obtuvo resultados concretos, con la disposición de liberar a los prisioneros con penas menores, pero el Estado excluyó a los detenidos que habían participado en la revuelta de cualquier beneficio decidido. El resultado es claro, en comparación con los diez miles prisioneros que tenían que a ser liberados, según afirman las asociaciones democráticas, incluso las mas pro-institucionales, hasta el momento ha salido no mas que dos mil. Entonces la lucha continúa.

Los prisioneros tenían razón en rebelarse. En los días siguientes, hubieron casos de contagio de COVID-19 en las cárceles, aún si mantienen ocultos los muertos, excepto uno, y el tamaño de estos contagios.

Los trabajadores en lucha no dejaron de hacer sentir su solidaridad a través de los cobas e insertaron la amnistía en su plataforma.

Pero en todas estas semanas en la primera línea frente al estallar de la pandemia que convirtió a Italia en una "segunda China" han sido los médicos y trabajadores de la salud que, durante varias semanas, fueron dejados sin la precauciones necesarias, aprovechando de su absoluto, y en ciertas ocasiones heroico, espíritu de abnegación al trabajo para salvar la vida de los enfermos. Hasta ahora, esto ha provocado la muerte de 126 médicos y numerosas otras muertes entre el personal de enfermería y atención médica en general, principalmente en el epicentro pandémico, la Lombardía.

Pero el corazón de este epicentro es la ciudad de Bergamo, donde hay una fábrica cada 50 habitantes, que se convirtió en hospital y cementerio al aire libre, la "Wuhan de Italia". Aquí también militantes de nuestro partido y activistas sindicales vieron morir a sus padres, y el entrelazamiento entre la incapacidad de las administraciones locales y una salud privatizada construida como salud para los ricos, signada por la corrupción, llevó a la explosión de la pandemia en las Casas de Retiro para los ancianos, con miles de muertes y números reales aún ocultos, que incluso la prensa burguesa se ve obligada a reportar, hablando de contagios diez veces mayores de los datos oficiales y muertes tres veces más de las declaradas.

En este contexto, la reacción de los trabajadores de la salud y contingentes obreros y de trabajadores de clase no se hizo esperar. Sin abandonar sus trabajos comenzaron a denunciar, a reclamar y gritar: "¡Golpear a los responsables que transformaron la pandemia en masacre!".

Aún en el área de máxima expansión de la pandemia, otros trabajadores, mas jóvenes, fueron expuestos a la infección, y solo debido a su joven edad no hubo un mayor nivel de masacre. Los carteros, los jinetes, los trabajadores de la infame Amazon intentaron resistir día por día, reclamando la reducción del trabajo a los servicios esenciales y una efectiva protección personal.

En la parte central y meridional del país, la situación se presentó de manera diferente. La lucha en las fábricas solo tocó algunas plantas de automotrices y la ArcelorMittal de Taranto. Incluso en estas fábricas, los trabajadores respondieron ausentándose del trabajo, en unos días en forma masiva e intentando organizar huelgas, parcialmente exitosas y boicoteadas por los sindicatos oficiales. Los decretos ad hoc del gobierno ofrecieron la cobertura necesaria para que los patrones exigieran la continuidad de las fábricas con varios miles de trabajadores adentro. Esto, aunque con pase aún lento, ha llevado el virus en la fábricas, a la ArcelorMittal de Taranto por ejemplo, y probablemente el partido aún no ha comenzado realmente.

En el centro-sur, desde los suburbios de Roma a las grandes concentraciones de trabajo negro, trabajadores itinerantes en Campania, a los jornaleros inmigrantes en el campo, a los pobres de la Sicilia, con el virus ha llegado el fin del trabajo, la falta de ingresos, la dificultad de vivienda productos por la precariedad y el desempleo.

Pero incluso aquí, la estructura de las organizaciones, centros sociales, comités de vivienda, las estructuras de los sindicatos de base han tratado de dar una respuesta, reclamando ingresos y casas, en medida mucho mayor que las limosnas otorgadas por los decretos del gobierno.

En Palermo, Nápoles y Roma también ha habido iniciativas de rebelión abierta, criminalizadas, reprimidas y atacadas por el Estado y los medios de comunicación.

Tempi duri, annunciato sciopero di Slai Cobas per lunedì 9 marzo 2020Esta es la imagen general de lo que ha convertido a Italia no solo en el epicentro europeo de la pandemia durante varias semanas, sino también en el sitio de una intensa lucha proletaria significativa por calidad y cantidad, que ha servido para difundir en Europa un otro contagio, el contagio de la lucha de clase.

Ahora estamos en la víspera de la “fase 2” en la que los patrones y el gobierno quieren volver a sacar ganancias, basadas en la explotación, a pesar de que la pandemia sigue siendo plena actividad, pero las masas proletarias y populares y sus organizaciones, sean nacidas de la espontaneidad, sean ya organizadas, incluidos los maoístas, sus estructuras y sus organismos generados, trabajan para una huelga general que podrá tener un carácter revolucionario si logrará construir su dimensión masiva en un estado de emergencia cada vez más acentuado.

La experiencia que nuestro Partido ha sacado en este contexto ha sido importante. Cómo mantener su estructura y su trabajo a pesar del confinamiento en las casas y el máximo control impuesto. Y la respuesta que está dando es muy positiva: su actividad no se ha detenido ni un minuto y no se ha limitado a los sitios web. Los camaradas han violado el estado de sitio para intervenir en las fábricas, han fortalecido su trabajo de formación teórica a través de Internet, con la ayuda de intelectuales marxistas, y los camaradas están creciendo teórica y políticamente. Una formación no estereotipada y doctrinaria, sino un esfuerzo alto y profundo para armarse con el marxismo para dar una respuesta estratégica y programática a la situación internacional de crisis del imperialismo que produjo la pandemia y el escenario actual.

La acción determinada del Partido en todas las condiciones ha permitido el crecimiento de la influencia y reconocimiento en todo el campo de los revolucionarios de otras tendencias, del sindicalismo de clase y combativo, del movimiento de las mujeres y de las organizaciones que apoyan la lucha contra las cárceles.

Por supuesto, nos espera un salto cualitativo difícil, pero los vínculos con las vanguardias y las masas que hacen los maoístas italianos diferentes y avanzados son un gran factor de fuerza y solidez que nos da la esperanza de que el salto cualitativo será logrado.


****



In Italy we now find ourselves one month and half of full emergency for the pandemic. It begun from the second largest city in our country, Milan, Lombardy, where are two of the largest industrial concentrations in our country, Bergamo, the most affected, and Brescia.


The pandemic has affected other areas, them also with a high level of industrial concentration, such as at north-west, Piedmont, and at north-east Veneto. Neighbouring to this northern belt there is Emilia-Romagna, full of small and medium-sized industries of various sectors and large concentrations of logistics, where some cities such as Piacenza, Modena were hit hard by pandemic.
Apart from these areas, the expansion of contagion was at much lower level in the central part of the country and the capital itself, Rome, and have had and even less the impact was in the southern Italy, from Naples to Puglia and Taranto, to Sicily.

Our Party and its mass organizations immediately tried to give a class orientation to the working class and the masses, initially opposing the terrorist and alarmist information which were pushing the masses back into a sort of blind fear and immobilized them, unable to understand what was happening and how to deal with it.

The March 8 (International Women’s Day) fell in this very first phase, and the forces of the petty and medium-bourgeois feminist movement in Italy, grouped under "Not One Less" (from “Ni Una Menos” in Argentina and Spain), have soon backtracked the plans of mobilization and women’s strike scheduled in those days. At that moment, the bourgeoisie had not yet declared the "state of emergency", except in some areas of Northern Italy, therefore, in the rest of the country the situation allowed strikes and demonstrations, but the bourgeois and petty-bourgeois feminist movement beat in retreat immediately, clearly in line with what the base unions had already done.

The Revolutionary Proletarian Feminist Movement, strongly supported by the Slai Cobas for the Class Union, which is the class and combative organization led by the PCm, instead fir mmly maintained both the strike of some workers, and the planned demonstrations, giving indications to concentrate them mainly in southern Italy where there were better conditions of political and social viability. Right the day before the March 8, the government extended the state of emergency to the whole country, making pressure to withdraw strike and demonstrations.

Particularly in Palermo, pressure was exerted directly by the police and its political office, but the comrades firmly withstood and both the strike in some situations of precarious workers, and the gathering in front the Palaces of power were observed. Mass participation was less than usual but still significant.

In Taranto the Day was linked to the mobilization of trade female workers against layoffs and in the gathering in the street, although with the significant absence of all the groups of petty bourgeois feminism, saw the participation of the communist youth organization associated to one of the existing small new-revisionist Parties.

In the North and especially in the city which was not yet the epicenter of the pandemic, Bergamo, the workers challenged the prohibitions and experienced the aggressive reaction from the a whole front made up by masters, government and official unions.

However, the flag of the revolutionary struggle of the proletarian women was held high on the International Women's Day, and continued to be very present and active in the following weeks when, with the pandemic and the state of emergency, the condition of women worsened heavily non only on the jobs, but in the neighborhoods, the houses, where women had to deal with vital problems, with the children at home because of schools closure, and the family oppression which transforms houses into prisons and potential places of femicide, due to the impact of the eternal presence of patriarchy. The MFPR continued this truly hand-to-hand struggle, to feed the women's spirit of rebellion and make it emerge.

Meanwhile, the pandemic expansion was spreading and met the immediate reaction of workers in the main industrial centers of northern Italy: strikes and abstention from work, spontaneous or organized by the cobas, reached a number evaluable in 50,000 workers. On numerous occasions there has been police pressure, intimidations of all kinds, but this has not prevented strikes and massive abstentions from work.

A part of official unionism in Lombardy was also forced to declare strike in the metalworking factories.

These strikes were very important for various reasons: they showed that the workers did not agree to be "slaughter meat"; they rejected the blatant attempt of the bosses to say that “everything was fine”, “everything was safe” and that the production had to be saved in any case; they showed that no emergency state could prevent workers to struggle for their own health and safety; they have exposed bare the hypocrisy of the bosses and the government who on the one hand wanted the whole population locked up in their houses and on the other hand the factories full of workers, the large centers of commercial logistics running with workers exploited to the bone and without personal protective equipment.

We can say with certainty that worker strikes prevented the massive spread of COVID-19 in factories.
Not only that, but this reaction of workers, in which the cobas were decisive, in the various organizations in which they are structured, including the class and combative organization led by our Party, forced the government and the bosses to make a first step back. Safety protocols were signed which, although insufficient, strengthened the workers protection structures and above all allowed workers to continue to escape, if the protocol was not applied, any dangerous work.

The spread of the pandemic, precisely in some of the areas with the greatest workers concentration, gave strength to the resistance of workers and forced the government to take a further step back, that of indicating the factories that could stay open because purposed to the production of essential goods and services and those that were to be closed. But the government and masters, with the complicity of the official unions, included among the factories to not be closed since strategic, the plants of imperialist multinational war industry, the iron and steel plants and other productive units that certainly do not produce "essential services". So the conflict and resistance in the factories, now explicit now in facts, continued.

Meanwhile, other major events were taking place outside the factories and jobs.

The revolt of the detainees exploded angrily in the prisons. Some of the biggest riots in the prisons in the last decades in our country. The prisoners immediately understood that no defense was possible against the virus and rebelled, starting from the prison in Modena. The reaction of the State immediately became violent, inside and outside the prisons hard clashes took place, with the prisoners who took possession of some wings of the prisons, set fire to and devastated parts of the facilities to make them instruments of resistance and face the murderous violence of the State. The revolt in few days reached all the prisons of our country, from North to South, also pushing family members and solidarity organizations to mobilize in support. The massacre inside the prisons left 16 inmates dead, and a number prisoners injured, tortured, deported and subjected to the harshest measures already implemented in prisons, those which were affecting the political prisoners belonging to the Red Brigades. In front of the prison in Milan and other cities, the police assaulted the demonstrations of the family members and solidarity organizations.

Proletarian Red Relief tirelessly bore his voice of support to prisoners, condemnation and unmasking of the lies by the State that claimed that the prisoners killed had actually died for overdose. At the same time, it gave voice to every document coming from prisons and family members, doing this on the whole national territory.

The revolt brought concrete results with the decision to release prisoners with minor penalties, but the State excluded the prisoners who had participated in the revolt from any benefit. The result is clear, compared to the 10,000 prisoners to be released, as assessed by democratic associations, even the pro-institutional ones, a maximum of two thousand came out so far. So the struggle goes on.

The prisoners were right to rebel. In the immediate following days, there were cases of COVID-19 in prisons, even if news of deaths, except one, and the real size of contagion are kept hidden.

The workers in struggle did not fail to make their solidarity felt through the cobas and they inserted the claim for an amnesty in their platform.

But at the front line in all these weeks there were the doctors and health workers who, in the face of the rampant outbreak of COVID-99, which has made Italy a "second China" for several weeks, were thrown into the fray barehands, deprived of the necessary protection and taking advantage of their unselfish, somtimes heroic, self-denial for the salvation of the sick. This has so far led to 126 doctors dead and numerous other deaths among nurses and healthcare workers in general, mainly in the pandemic epicenter, Lombardy.

The very core of this epicenter was the city of Bergamo, where there is a factory for every 50 inhabitants, which for a few days became a hospital and an open-air cemetery, the "Italian Wuhan". The very core of this epicenter has been the city of Bergamo, in whose area there is a factory for every 50 inhabitants, which for a few days became open-air hospital and cemetery, the "Wuhan of Italy".

Here also militants and activists of our Party and union saw their parents die, and the intertwining between incapacity of the local authorities and a privatized healthcare built as service for the rich, marked by corruption, led to the explosion of the pandemic in the Retirement Homes for the elderly, with thousands of deaths and with real data still hidden, which even the bourgeois press is forced to report, speaking of contagions ten times and deaths three times greater than those declared.

In this situation, the reaction of health workers and working class contingents was not long in coming. Without leaving their jobs they began to condemn, to claim and shout: "hit the those responsible who transformed the pandemic into a massacre!".

Still in the area of highest impact of the pandemic, other workers, younger, have been exposed to the infection, and only thanks their young age there was not a higher level of massacre. The postmen, the riders, the workers of the infamous Amazon daily tried to resist, asking the reduction of their work to the essential services and an effective personal protection.

In the central and southern parts of the country the situation is different. The struggles in the factories reached only some automotive plants and the ArcelorMittal steel plant of Taranto. Also in these factories the workers responded by absenting from work, in some days in massive forms and trying to organize strikes, partially successful and boycotted by the official unions. The government's ad hoc Acts offered the necessary cover for the masters to impose to continue working in the factories with several thousand workers inside. This, albeit in still slow pace, led the virus to the factories, to the ArcelorMittal in Taranto for example, and probably the game has not really started yet.

In the center-south, from the suburbs of Rome to the large concentrations of undeclared workers, street vendors in Campania, to the migrant fields laborers, to the poor in Sicily, along with the virus came the end of work, the lack of income, the difficulty of housing, rooted into precariousness and unemployment.

But even here, the fabric of organizations, social centers, housing committees, base unions structures have tried to respond by claiming incomes and houses, to a much more large extent than the alms given by government Acts.

In Palermo, Naples and Rome there have also been initiatives of open uprising, criminalized, repressed and attacked by the state and the mass media.

This is the general portrait of what has made Italy not only the European epicenter of the COVID-19 for several weeks, but also the site of an intense proletarian struggle significant for quality and quantity, which spread another contagion throughout Europe, the contagion of the class struggle.
Now we are at the eve of the “Phase 2” in which the masters and the government want to make profits again, based on exploitation, despite the pandemic is still fully active. But proletarians and people’s masses and their organizations, some born by spontaneity, some already organized, including the Maoists, their structures and their generated organizations, work to promote a general strike that can have a revolutionary character if it will be able to build a mass dimension in an increasingly accentuated state of emergency.

The experience our Party drew in this situation has been important. How to maintain its structure and work in spite of the confinement to houses and maximum control imposed. The experience our Party drew in this situation has been important. How to maintain its structure and work in spite of the confinement to houses and maximum control imposed. And the response it is giving is very positive, the activity did not stopped a single minute and has not been limited to the websites. The comrades have violated the state of siege by going to the factories, they have strengthened their theorethical work using the internet, with the help of Marxist intellectuals, and they are growing theoretically and politically. A not stereotyped and doctrinaire education, but a high and profound effort to arm ourselves with Marxism to give a strategic and programmatic response to the international situation of crisis of imperialism that produced the pandemic and the current scenario.

The determined action of the Party in all conditions has allowed the growth of influence and recognition throughout the field of revolutionaries of other tendencies, of class and combative unionism, of the women's movement and of organizations supporting the fight against prisons.

Of course, a difficult qualitative leap awaits us, but our links with the vanguards and the masses that make the Italian Maoists different and advanced are a great factor of strength and endurance which gives us hope that the qualitative leap will be achieved.


No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...