20 de enero de 2009

El parque de las hamacas


Recientemente se ha publicado un libro, titulado El Parque de las hamacas: el quimico que golpeo a los pobres, de Vicent Boix. En el libro se siguen de cerca los efectos negativos de los productos químicos utilizados para la producción de frutas en centroamerica (lo que se puede proyectar a todo el mundo)-

"Vivimos con decenas de miles de productos químicos cuyos efectos no se conocen con certeza", dice el autor
En este mundo donde la productividad prima sobre la salud, el autor explica como un producto quimico, Dibromo Cloropropano (DBCP), fue empleado en multitud de paises, incluidas las Islas Canarias, actualmente pertenecientes a España, y fundamentalmente se aplicó en el cultivo de bananos , siendo normalmente los jornaleros que laboraban en las bananeras de escasos recursos económicos y sometidos a condiciones laborales penosas.
El Dibromo Cloro Propano (DBCP) fue un agroquímico diseñado y aplicado fundamentalmente por cinco multinacionales químicas y agro-exportadoras, en las plantaciones bananeras de aproximadamente 15 países del mundo, la mayoría del sur. Según los testimonios recogidos y la información encontrada, las consecuencias negativas en humanos fueron detectadas, incluso en las mismas pruebas de laboratorio efectuadas por técnicos de las multinacionales Shell Oil Company y Dow Chemical. El DBCP solo se prohibio en 1979, dos años despues de que estallara el escandalo, al descubrirse en USA que decenas de personas quedaron infertiles tras tener contacto con el agrotoxico en las factorias quimicas.
¿Y se dejó de producir y distribuir, como señalan algunas de las empresas afectadas, en el momento que se tuvo conocimiento de ello? Curiosamente, entre el escándalo de 1977 y la prohibición total pasarían dos años. El producto químico se siguió utilizando mientras se realizaron más pruebas e investigaciones. En ese periodo, hasta 1979, algunas empresas químicas anunciaron el cese de la producción aunque seguirían vendiendo el stock, y otras, por el contrario, planearon seguir con la fabricación del producto.
Igualmente hoy las transnacionales siguen utulizando productos quimicos para la agricultura sin el principio de precaucion basico, sin profundizar en los efectos en las personas humanas, e importandoles solamente los beneficios economicos (y esto sucede porque los gobiernos asi lo permiten, seguramente por la parte del pastel que se llevan sus miembros). Y aunque el estudio se centre en el dominio agricola, los productos quimicos invaden practicamente toda nuestra vida, desde nuestra alimentacion a nuestra ropa, muebles, electrodomesticos, cosmeticos, pasta de dientes, incluso el aire que respiramos.
Evidentemente, el libro no lo edito una multinacional, sino la ONG española Paz con Dignidad y el AYUNTAMIENTO DE CÓRDOBA. Es urgente: estamos rodeados de productos toxicos que afectan, segundo a segundo, nuestra vida.

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