Hijo de una familia de inmigrantes españoles, nació en Buenos Aires el 29 de marzo de 1905.
Siendo adolescente recorrió buena parte de Argentina. Su actividad como poeta y su desempeño como periodista comenzaron casi simultáneamente entre 1922 y 1925.
En 1935 lo condenaron a dos años de prisión por su poema “Las Brigadas de Choque” (la sentencia fue anulada debido a la protesta de los intelectuales de Argentina, Francia, España y toda América). Colaboró en Le Monde y Comunne de París y allí fue delegado del Primer Congreso Internacional de Escritores.
Raúl González fue un escritor al servicio de su tiempo y de su pueblo. Murió en 1974. Es considerado uno de los más importantes poetas argentinos del siglo XX. "Amigo de las gentes, de las mujeres amantes y del vino, una suerte de François Villon criollo, cantor de las tabernas, las grandes fiestas y duelos e insurrecciones populares", según lo definió Pedro Orgambide.
En 1935 lo condenaron a dos años de prisión por su poema “Las Brigadas de Choque” (la sentencia fue anulada debido a la protesta de los intelectuales de Argentina, Francia, España y toda América). Colaboró en Le Monde y Comunne de París y allí fue delegado del Primer Congreso Internacional de Escritores.
Raúl González fue un escritor al servicio de su tiempo y de su pueblo. Murió en 1974. Es considerado uno de los más importantes poetas argentinos del siglo XX. "Amigo de las gentes, de las mujeres amantes y del vino, una suerte de François Villon criollo, cantor de las tabernas, las grandes fiestas y duelos e insurrecciones populares", según lo definió Pedro Orgambide.
"Brigadas de choque" es una joya de la poesía comunista, un canto a la revolución, a la dictadura del proletariado, una oda a la sociedad sin clases, "un poema violento y quebrado contra el rostro de la burguesía".
Las brigadas de choque
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Quevedo
Primero fue la toma de la tierra por la hembra y por el varón.
Después vino la tristeza de la civilización.
Primero fue el campo libre, el cielo libre, la libre unión.
Después las malas leyes del hombre
que hicieron las malas leyes de dios.
Hoy, como el cura loco de Kent, me pregunto yo:
“Cuando Eva hilaba y Adán araba ¿quién era el amo?
No pretendo realizar tan sólo el poema político.
No pretendo que mis camaradas sigan por ese camino.
Que cada cual cultive en su intimidad el dios que quiera.
Pero reclamo de cada uno la actitud revolucionaria frente a la vida.
pero reclamo el puño cerrado frente a la burguesía.
He reconquistado el fervor y tengo algo que decir:
Se llama brigadas de choque a las vanguardias lúcidas
de los obreros especializados en la URSS,
nombre caro a nuestro espíritu.
Formemos nosotros, cerca ya del Alba motinera,
las Brigadas de Choque de la Poesía.
Demos a la dialéctica materialista el vuelo lírico de nuestra fantasía.
¡Especialicémonos en el romanticismo de la Revolución!
Mi voz para cantar y para gritar mi voz,
mi voz para degollarse en las veletas enloquecidas.
Mi voz para aullar, mi voz para subir –única, digna enredadera
y asustar a los burgueses desprevenidos por la boca de los albañales.
Mi voz para decir el antipoema
en la esquina de las fábricas,
a la salida de las costureras,
en las puertas falsas de los teatros,
en los fondos de los talleres,
en las poternas de la civilización burguesa,
el gran castillo vacilante.
Los Movierones ahogan también rugidos, ladridos
-ocultan las manifestaciones apaleadas
-los nazis violando a las hijas de los judíos
-los policemen atajando la marcha de los tejedores
-la Generalidad cargando sobre los sindicalistas
-la gendarmería rodeando de cinturones de fuego a los socios
del John Reed Club
y los gases lacrimógenos de la policía de Buenos Aires
disolviendo mítines en los portones
de los frigoríficos extranjeros.
¿Y Nicolás Repetto? –Bien, gracias.
¿Y José Nicolás Matienzo? –Cuidando la Constitución,
como si la Constitución fuera una hembra.
Sí, la Constitución se halla en estado de descomposición
y nosotros, únicamente nosotros, los comunistas,
legítimamente nos reímos de esa Constitución burguesa
y de la democracia burguesa.
Pero no de la democracia que proclamamos,
porque nosotros queremos la dictadura
pero la dictadura que asegure la verdadera libertad de mañana.
Nosotros contra la democracia burguesa
Contra
Contra la demagogia burguesa
contra la pedagogía burguesa
contra la academia burguesa
contra
contra
contra el fascismo, super expresión
del capitalismo desesperado.
Contra la masturbación poética.
Contra los famosos salvadores de América
-Palacios, Vasconcellos, Haya de la Torrecontra
contra
contra las ligas patrióticas y las inútiles
sociedades de autores, escritores, envenenadores.
Contra los que pintan cuadros para los burgueses.
Contra los que escriben libros para los burgueses.
Contra.
Contra.
Contra las putas espías de Orden Político.
Contra los social fascistas tipo Federico Pinedo,
contra el radicalismo embaucador de masas
-fuente del fascismo-,
dopado por el incienso de vagas palabas.
¡Ellos! Los metralleros de Santa Cruz.
Contra.
Contra.
Nosotros contra la moral tipo La Prensa
-el elefante enfermo de la Avenida de Mayoy el largo bostezo de sus editoriales.
Contra las sedicentes obras de tesis.
Contra la teosofía, onanismo del espíritu.
Contra el anarquismo sensiblero y claudicador.
Contra el clericalismo.
Contra,
contra
contra el criollismo a ultranza y sin matices,
contra el folklore pueril y falso,
contra el francesismo servil,
contra las visitas tipo Keyserling, Morand, Ortega.
Contra
contra los becados
contra los niños prodigios del confusionismo canalla
de South América
¡Contemos a los niños la historia de Lenín!
Contra la vedette,
contra los mesías y los supuestos héroes
y toda la roña burguesa
-agiotistas
-rentistas
-especuladores
-caudillos
-plumíferos
-gendarmes
-jueces
-abogados
-intelectuales
La muerte del obrero Hevia pasó inadvertida para vosotros
Ni siguiera entregasteis el cadáver mutilado a la familia.
Un centenar de policías siguió al coche que llevaba la caja de pino
¡Os ofrecemos nuestros cadáveres!
Sobre nuestros cadáveres los camaradas de mañana
construirán la nueva Argentina en el alba motinera
de obreros, soldados, marineros, campesinos, poetas y artistas.
¡Os regalamos todo!
¡No leáis nuestros libros!
¡Al carajo con vuestra comprensión y vuestra generosidad!
Nosotros estamos de vuelta al pueblo,
ávidos de dialéctica materialista.
En una sociedad sin clases será posible el sueño,
lo abstracto, la intimidad con lo inverosímil y lo inventado,
con dios y con los otros mundos…
Nosotros estamos de vuelta al pueblo
y oímos las detonaciones que mañana
estremecerán las paredes.
¡Guerra a la clase dominante!
Dictadura para asegurar la libertad,
el trabajo liberador,
la máquina redimida,
la comodidad,
la dignidad,
el club,
la libre unión de los enamorados
y el arte puro de una sociedad sin clases.
Otros amigos tomaron otros rumbos.
El tiempo espera.
Todo yo soy actitudes, pero ningún orgullo me maltrata
y tengo algo de muchedumbre cuando canto
y cuando grito.
Voy a meterme en las grandes mareas de los cines
y las fábricas y los subterráneos.
Lamento no haber sido lo que se dice un “subversivo auténtico”.
Lamento no haber perdido tantos años en los periódicos
aunque les agradezco los aviones, los barcos y los trenes que me
[dieron.
Vuelvo a la vida que me reconoce,
el hambre y el sueño son mis viejos amigos.
A devorar los libros afiebrados
en las vigilias del invierno
y por las mañanas
a recorrer los parques y las plazas
y contar las chimeneas
y llenarme del vasto olor del pueblo,
del vasto rumor del pueblo.
Una columna de pueblo viene hacia mí:
llevan carteles alusivos y cantan La Internacional.
¡Arriba los pobres del mundo,
de pie los esclavos sin pan!
El viejo canto me reconoce
y yo me voy con mis hermanos.
Son las 3 de la tarde de un 1º de Mayo,
hoy cumple años nuestro viejo dolor.
No, hoy no es un día de fiesta,
pero hemos aprendido a cantar,
y después de los cantos vendrán las balas.
. . .
No tenemos nada, no hemos construido,
nada fue posible en ese campamento podrido.
Hemos quedado solos con un montón de versos,
angustiosos o perversos
porque la leche de Buenos Aires fue así de mala,
sucia como su río,
agria como su alma.
El tango actual es una cobardía.
Sombrío, ronco, gangoso
—“oliendo a china en zapatilla y macho perezoso”—.
Es pesimista, compasivo y trágico.
Es un ángel oscuro que pudo haber volado.
Le falta a Buenos Aires la Tercera Fundación.
La que vendrá con la Revolución.
¡Preparémonos para tirar!
Contra los museos,
las universidades,
la prensa paquidermo,
la radiotelefonía, la academia,
el teatro y el deporte burgueses.
Preparémonos para tirar
y acertar esta vez.
Contra en la casa
contra en el mar
contra en la calle
contra en el bar
contra en la montaña.
Para abatir al imperialismo.
Por una conciencia revolucionaria.
Y aquí nosotros contra la histeria fascista,
contra el socialismo tibio,
contra la confusión Radical,
contra
contra
estar contra
sistemáticamente contra
contra
contra.
¡Yo arrojo este poema violento y quebrado
contra el rostro de la burguesía!
Las brigadas de choque
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Quevedo
Primero fue la toma de la tierra por la hembra y por el varón.
Después vino la tristeza de la civilización.
Primero fue el campo libre, el cielo libre, la libre unión.
Después las malas leyes del hombre
que hicieron las malas leyes de dios.
Hoy, como el cura loco de Kent, me pregunto yo:
“Cuando Eva hilaba y Adán araba ¿quién era el amo?
No pretendo realizar tan sólo el poema político.
No pretendo que mis camaradas sigan por ese camino.
Que cada cual cultive en su intimidad el dios que quiera.
Pero reclamo de cada uno la actitud revolucionaria frente a la vida.
pero reclamo el puño cerrado frente a la burguesía.
He reconquistado el fervor y tengo algo que decir:
Se llama brigadas de choque a las vanguardias lúcidas
de los obreros especializados en la URSS,
nombre caro a nuestro espíritu.
Formemos nosotros, cerca ya del Alba motinera,
las Brigadas de Choque de la Poesía.
Demos a la dialéctica materialista el vuelo lírico de nuestra fantasía.
¡Especialicémonos en el romanticismo de la Revolución!
Mi voz para cantar y para gritar mi voz,
mi voz para degollarse en las veletas enloquecidas.
Mi voz para aullar, mi voz para subir –única, digna enredadera
y asustar a los burgueses desprevenidos por la boca de los albañales.
Mi voz para decir el antipoema
en la esquina de las fábricas,
a la salida de las costureras,
en las puertas falsas de los teatros,
en los fondos de los talleres,
en las poternas de la civilización burguesa,
el gran castillo vacilante.
Los Movierones ahogan también rugidos, ladridos
-ocultan las manifestaciones apaleadas
-los nazis violando a las hijas de los judíos
-los policemen atajando la marcha de los tejedores
-la Generalidad cargando sobre los sindicalistas
-la gendarmería rodeando de cinturones de fuego a los socios
del John Reed Club
y los gases lacrimógenos de la policía de Buenos Aires
disolviendo mítines en los portones
de los frigoríficos extranjeros.
¿Y Nicolás Repetto? –Bien, gracias.
¿Y José Nicolás Matienzo? –Cuidando la Constitución,
como si la Constitución fuera una hembra.
Sí, la Constitución se halla en estado de descomposición
y nosotros, únicamente nosotros, los comunistas,
legítimamente nos reímos de esa Constitución burguesa
y de la democracia burguesa.
Pero no de la democracia que proclamamos,
porque nosotros queremos la dictadura
pero la dictadura que asegure la verdadera libertad de mañana.
Nosotros contra la democracia burguesa
Contra
Contra la demagogia burguesa
contra la pedagogía burguesa
contra la academia burguesa
contra
contra
contra el fascismo, super expresión
del capitalismo desesperado.
Contra la masturbación poética.
Contra los famosos salvadores de América
-Palacios, Vasconcellos, Haya de la Torrecontra
contra
contra las ligas patrióticas y las inútiles
sociedades de autores, escritores, envenenadores.
Contra los que pintan cuadros para los burgueses.
Contra los que escriben libros para los burgueses.
Contra.
Contra.
Contra las putas espías de Orden Político.
Contra los social fascistas tipo Federico Pinedo,
contra el radicalismo embaucador de masas
-fuente del fascismo-,
dopado por el incienso de vagas palabas.
¡Ellos! Los metralleros de Santa Cruz.
Contra.
Contra.
Nosotros contra la moral tipo La Prensa
-el elefante enfermo de la Avenida de Mayoy el largo bostezo de sus editoriales.
Contra las sedicentes obras de tesis.
Contra la teosofía, onanismo del espíritu.
Contra el anarquismo sensiblero y claudicador.
Contra el clericalismo.
Contra,
contra
contra el criollismo a ultranza y sin matices,
contra el folklore pueril y falso,
contra el francesismo servil,
contra las visitas tipo Keyserling, Morand, Ortega.
Contra
contra los becados
contra los niños prodigios del confusionismo canalla
de South América
¡Contemos a los niños la historia de Lenín!
Contra la vedette,
contra los mesías y los supuestos héroes
y toda la roña burguesa
-agiotistas
-rentistas
-especuladores
-caudillos
-plumíferos
-gendarmes
-jueces
-abogados
-intelectuales
La muerte del obrero Hevia pasó inadvertida para vosotros
Ni siguiera entregasteis el cadáver mutilado a la familia.
Un centenar de policías siguió al coche que llevaba la caja de pino
¡Os ofrecemos nuestros cadáveres!
Sobre nuestros cadáveres los camaradas de mañana
construirán la nueva Argentina en el alba motinera
de obreros, soldados, marineros, campesinos, poetas y artistas.
¡Os regalamos todo!
¡No leáis nuestros libros!
¡Al carajo con vuestra comprensión y vuestra generosidad!
Nosotros estamos de vuelta al pueblo,
ávidos de dialéctica materialista.
En una sociedad sin clases será posible el sueño,
lo abstracto, la intimidad con lo inverosímil y lo inventado,
con dios y con los otros mundos…
Nosotros estamos de vuelta al pueblo
y oímos las detonaciones que mañana
estremecerán las paredes.
¡Guerra a la clase dominante!
Dictadura para asegurar la libertad,
el trabajo liberador,
la máquina redimida,
la comodidad,
la dignidad,
el club,
la libre unión de los enamorados
y el arte puro de una sociedad sin clases.
Otros amigos tomaron otros rumbos.
El tiempo espera.
Todo yo soy actitudes, pero ningún orgullo me maltrata
y tengo algo de muchedumbre cuando canto
y cuando grito.
Voy a meterme en las grandes mareas de los cines
y las fábricas y los subterráneos.
Lamento no haber sido lo que se dice un “subversivo auténtico”.
Lamento no haber perdido tantos años en los periódicos
aunque les agradezco los aviones, los barcos y los trenes que me
[dieron.
Vuelvo a la vida que me reconoce,
el hambre y el sueño son mis viejos amigos.
A devorar los libros afiebrados
en las vigilias del invierno
y por las mañanas
a recorrer los parques y las plazas
y contar las chimeneas
y llenarme del vasto olor del pueblo,
del vasto rumor del pueblo.
Una columna de pueblo viene hacia mí:
llevan carteles alusivos y cantan La Internacional.
¡Arriba los pobres del mundo,
de pie los esclavos sin pan!
El viejo canto me reconoce
y yo me voy con mis hermanos.
Son las 3 de la tarde de un 1º de Mayo,
hoy cumple años nuestro viejo dolor.
No, hoy no es un día de fiesta,
pero hemos aprendido a cantar,
y después de los cantos vendrán las balas.
. . .
No tenemos nada, no hemos construido,
nada fue posible en ese campamento podrido.
Hemos quedado solos con un montón de versos,
angustiosos o perversos
porque la leche de Buenos Aires fue así de mala,
sucia como su río,
agria como su alma.
El tango actual es una cobardía.
Sombrío, ronco, gangoso
—“oliendo a china en zapatilla y macho perezoso”—.
Es pesimista, compasivo y trágico.
Es un ángel oscuro que pudo haber volado.
Le falta a Buenos Aires la Tercera Fundación.
La que vendrá con la Revolución.
¡Preparémonos para tirar!
Contra los museos,
las universidades,
la prensa paquidermo,
la radiotelefonía, la academia,
el teatro y el deporte burgueses.
Preparémonos para tirar
y acertar esta vez.
Contra en la casa
contra en el mar
contra en la calle
contra en el bar
contra en la montaña.
Para abatir al imperialismo.
Por una conciencia revolucionaria.
Y aquí nosotros contra la histeria fascista,
contra el socialismo tibio,
contra la confusión Radical,
contra
contra
estar contra
sistemáticamente contra
contra
contra.
¡Yo arrojo este poema violento y quebrado
contra el rostro de la burguesía!