Alain Toussaint, consejero del presidente marfileño Laurent Gbagbo, acusó este miércoles a Francia de haber llevado a cabo “un golpe de Estado” para apoderarse de “los recursos” de Costa de Marfil.
Por supueto, la voz del pueblo en Costa de Marfil no cuenta para la ONU y las multinacionales |
Toussaint insistió en que “elementos de las fuerzas especiales francesas secuestraron” a su dirigente el pasado lunes en la sede presidencial.
Gbagbo fue sacado de la residencia oficial en Abiyán, junto a su esposa Simone, así como un hijo del ex mandatario en otro matrimonio. En la operación habrían participado elementos de las fuerzas especiales francesas, aunque el Gobierno de Paris negó esa información.
“La intervención militar (de Francia) atenta gravemente contra la soberanía de nuestro país. Se trata de un golpe de Estado que no tiene más designios que apoderarse de los recursos de Costa de Marfil”, añadió Toussaint en rueda de prensa celebrada ayer en París.
La convulsa situación en Costa de Marfil surgió en noviembre pasado, después de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
La Comisión Electoral proclamó vencedor a Ouattara con 54,15% de los votos recibidos. Pero el Consejo Constitucional rechazó esa decisión ante la constatacion de irregularidades en el norte del pais, y proclamó la victoria de Gbagbo con 51,45%.
Costa de Marfil es una ex colonia francesa que se "independizó" en 1960, aunque la influencia del pais europeo fue permanente, y que en la actualidad es el primer productor de cacao en el mundo. Las primeras elecciones democráticas, aunque todavía bajo una fuerte influencia de la metropoli, se produjeron en 1990.
Laurent Gbagbo, historiador y fundador en la clandestinidad del partido socialista, salió elegido presidente del país en el año 2000 y dos años más tarde sufrió un golpe de estado fallido impulsado por el general Robert Güei. Algunas fuentes indicaron que Alassane Ouattara, economista, tecnócrata y que trabajó en el FMI (el candidato apoyado actualmente por Occidente) coordinó y apoyó el golpe en la sombra. A raíz de dichos hechos se desató una guerra civil.
En 2003 Francia y otros países occidentales desplegaron tropas en Costa de Marfil en el marco de una Misión de Naciones Unidas con el pretexto de ”pacificar” la zona. 6.000 cascos azules (ONU) y otros 4.000 soldados franceses permanecieron en territorio marfileño hasta 2007, cuando se firmó una tregua y se conformó un gobierno de coalición.
En Costa de Marfil todos los sectores clave están dominados por 240 filiales de empresas francesas: petróleo (Total), electricidad (Bouygues), agua (también Bouygues), obras públicas (de nuevo Bouygues, Vinci, Setao, Colas), transporte marítimo (Bolloré), recursos naturales (también Bolloré, Castel), telecomunicaciones (France Telecom) y banca (Générale, Lyonnais, BNP-Paribas). Estos grupos franceses poseen el 27 % del capital social de las empresas marfileñas. Por lo tanto, Francia es el principal proveedor y cliente del país.
Además, otros países occidentales como Estados Unidos, Holanda o Reino Unido, son los principales importadores de cacao en el mundo.
En marzo de 2011, Laurent Gbagbo, Presidente de Costa de Marfil, emitió un decreto por el cual el Estado se convertía en el único comprador de cacao y se encargaba de su exportación a los mercados mundiales.
“La exportación de productos del sector del café y el cacao la llevará a cabo el Estado, los encargados por el Estado, o los titulares de una licencia de exportador bajo los términos fijados por el decreto”, dijo Gbagbo en la televisión estatal.
“Esto es un robo”. fue como Washington calificó la decisión del presidente de Costa de Marfil, de nacionalizar el comercio del cacao. En Ámsterdam (Holanda), el mayor puerto del cacao del mundo, también se generó malestar.
Así lo explicitó el exportador holandés de cacao, Theo Ligthart, quien reside desde hace años en Costa de Marfil.
Para forzar la salida de Gbagbo, la Unión Europea congeló los fondos del Gobierno para evitar que este pudiera pagarle a los campesinos y frenar así la exportación de esta materia. El propio Ouattara solicitó que se prohibiera a Gbagbo la exportación con tal de paralizar el comercio y ahogar al Ejecutivo.
El comerciante de cacao Bob Stuurman, de la empresa holandesa Huyser Möller, afirmaba alegre que Gbagbo “no tiene dinero o posibilidades para exportar el cacao”. De modo que “será poco el provecho que pueda sacar de su nacionalización”.
Hace unas semanas, un grupo de hombres armados a cargo de Ouattara, se apoderaron del Puerto de San Pedro, lugar estratégico para la exportación de cacao. El de San Pedro es el segundo mayor puerto de Costa de Marfil y el mayor punto de exportación de cacao del país.
Gbagbo fue sacado de la residencia oficial en Abiyán, junto a su esposa Simone, así como un hijo del ex mandatario en otro matrimonio. En la operación habrían participado elementos de las fuerzas especiales francesas, aunque el Gobierno de Paris negó esa información.
“La intervención militar (de Francia) atenta gravemente contra la soberanía de nuestro país. Se trata de un golpe de Estado que no tiene más designios que apoderarse de los recursos de Costa de Marfil”, añadió Toussaint en rueda de prensa celebrada ayer en París.
La convulsa situación en Costa de Marfil surgió en noviembre pasado, después de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
La Comisión Electoral proclamó vencedor a Ouattara con 54,15% de los votos recibidos. Pero el Consejo Constitucional rechazó esa decisión ante la constatacion de irregularidades en el norte del pais, y proclamó la victoria de Gbagbo con 51,45%.
Costa de Marfil es una ex colonia francesa que se "independizó" en 1960, aunque la influencia del pais europeo fue permanente, y que en la actualidad es el primer productor de cacao en el mundo. Las primeras elecciones democráticas, aunque todavía bajo una fuerte influencia de la metropoli, se produjeron en 1990.
Laurent Gbagbo, historiador y fundador en la clandestinidad del partido socialista, salió elegido presidente del país en el año 2000 y dos años más tarde sufrió un golpe de estado fallido impulsado por el general Robert Güei. Algunas fuentes indicaron que Alassane Ouattara, economista, tecnócrata y que trabajó en el FMI (el candidato apoyado actualmente por Occidente) coordinó y apoyó el golpe en la sombra. A raíz de dichos hechos se desató una guerra civil.
En 2003 Francia y otros países occidentales desplegaron tropas en Costa de Marfil en el marco de una Misión de Naciones Unidas con el pretexto de ”pacificar” la zona. 6.000 cascos azules (ONU) y otros 4.000 soldados franceses permanecieron en territorio marfileño hasta 2007, cuando se firmó una tregua y se conformó un gobierno de coalición.
En Costa de Marfil todos los sectores clave están dominados por 240 filiales de empresas francesas: petróleo (Total), electricidad (Bouygues), agua (también Bouygues), obras públicas (de nuevo Bouygues, Vinci, Setao, Colas), transporte marítimo (Bolloré), recursos naturales (también Bolloré, Castel), telecomunicaciones (France Telecom) y banca (Générale, Lyonnais, BNP-Paribas). Estos grupos franceses poseen el 27 % del capital social de las empresas marfileñas. Por lo tanto, Francia es el principal proveedor y cliente del país.
Además, otros países occidentales como Estados Unidos, Holanda o Reino Unido, son los principales importadores de cacao en el mundo.
En marzo de 2011, Laurent Gbagbo, Presidente de Costa de Marfil, emitió un decreto por el cual el Estado se convertía en el único comprador de cacao y se encargaba de su exportación a los mercados mundiales.
“La exportación de productos del sector del café y el cacao la llevará a cabo el Estado, los encargados por el Estado, o los titulares de una licencia de exportador bajo los términos fijados por el decreto”, dijo Gbagbo en la televisión estatal.
“Esto es un robo”. fue como Washington calificó la decisión del presidente de Costa de Marfil, de nacionalizar el comercio del cacao. En Ámsterdam (Holanda), el mayor puerto del cacao del mundo, también se generó malestar.
Así lo explicitó el exportador holandés de cacao, Theo Ligthart, quien reside desde hace años en Costa de Marfil.
Para forzar la salida de Gbagbo, la Unión Europea congeló los fondos del Gobierno para evitar que este pudiera pagarle a los campesinos y frenar así la exportación de esta materia. El propio Ouattara solicitó que se prohibiera a Gbagbo la exportación con tal de paralizar el comercio y ahogar al Ejecutivo.
El comerciante de cacao Bob Stuurman, de la empresa holandesa Huyser Möller, afirmaba alegre que Gbagbo “no tiene dinero o posibilidades para exportar el cacao”. De modo que “será poco el provecho que pueda sacar de su nacionalización”.
Hace unas semanas, un grupo de hombres armados a cargo de Ouattara, se apoderaron del Puerto de San Pedro, lugar estratégico para la exportación de cacao. El de San Pedro es el segundo mayor puerto de Costa de Marfil y el mayor punto de exportación de cacao del país.
Ayer mismo el nuevo presidente, y mercenario del FMI, anuncio como primera medida la renaudación del libre comercio del cacao, para alegria de la metrópolis y multinacionales.
Como podemos apreciar, de ayuda humanitaria en la intervencion francesa y de la ONU en Costa de Marfil, nada de nada. Como es habitual, se trata de otra nueva injerencia imperialista para evitar que los estados se hagan los dueños de sus recursos propios.
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