7 de enero de 2011

¿Qué violencia va a condenar Batasuna?

Idigoras y Otegui, dos epocas del movimiento abertzale
El radical cambio que ha dado la autodenominada Izquierda Abertzale en su posicionamiento ante el conflicto vasco es sorprendente. Todos, salvo quizás el gobierno español y todos los que aprovechan la existencia del terrorismo para potenciar los ramalazos franquistas de la limitada democracia española, esperamos que la violencia pase a la historia en Euskal Herria cuanto antes, aunque por supuesto, no solamente allí.

Uno de los principales argumentos de Herri Batasuna, Batasuna y de los ideologos del Movimiento de Liberacion Nacional Vasco fue siempre el de que aceptar la exigencia del estado español de condenar la violencia asumiendo la definicion de esta redactada por Madrid era inaceptable, pues supone mirar para otro lado hacia la violencia ejercida por el estado, no solo en Euskal Herria, sino en toda España, quitarle importancia a esta y al derecho a la resistencia.

La estrategia organizada por Francia y España a traves de la aplicacion de leyes de excepcion contra los presos de ETA (la dispersion), y que en realidad justificaba que ellos mismos se consideraran presos políticos (pues a los presos comunes se les encierra en la carcel mas cercana a su domicilio), o la Ley de Partidos que permite ilegalizar un partido politico si no niega un determinado tipo de violencia, la que se ejerce contra el estado (olvidando por supuesto la que el estado ejerce sobre los trabajadores), parece que está dando sus frutos entre los abertzales.

De repente, los lideres de Batasuna han cambiado el chip, y a cambio de entrar en las instituciones de nuevo, de poder presentarse a las elecciones, han cedido ante ese argumento con el que han justificado hasta ahora su actitud ante los atentados de ETA: no condenarlo pero lamentarlo como consecuencia del conflicto que hay que resolver. Ademas, aceptan las humillaciones continuas por parte del gobierno español que, a pesar de las treguas y de las negociaciones sigue deteniendo a ciudadanos vascos y aplicando las leyes de excepcion sobre ellos, como si la unica manera de resolver el problema fuera, como ha venido argumentando Madrid desde siempre, la rendicion unilateral de ETA y la aceptacion por parte de los abertzales de los mandamientos diseñados por Madrid.

Todos deseamos el fin de ETA, pero también de la situación que la provocó y que la mantiene viva. Batasuna debe intentar que la paz llegue a Euskal Herria, pero junto a la resolucion de los problemas existentes, algo que Madrid nunca ha estado dispuesto a negociar ni siquiera en tiempos de tregua oficial (el derecho a la autodeterminacion, el fin de las leyes de excepcion, la situacion de los presos, y, no hay que olvidar, una caracteristica esencial de los abertzales vascos,  la lucha por el socialismo).

Como escribio Alfonso Sastre hace poco mas de un año, pero que es igual de valido hoy,  en su diálogo con su sombra publicado en Gara con el título "Por qué Batasuna no debe condenar la violencia de ETA", el fin de la violencia en Euskal Herria debe de ser un producto de la negociación de igual a igual, sin exigencia previas, sin la barrera de que Batasuna "condene" a ETA, "pues por el mero hecho de esa «condena» su fuerza desaparecería del lugar que ocupa, cosa que, desde luego, ni siquiera han conseguido con su ilegalización (...), y Batasuna -lo que quedara de ella- estaría cantando en el mismo Coro en el que cantan todas las demás fuerzas, habiendo perdido «ipso facto» la posibilidad de desempeñar una función positiva en el proceso de paz".

La paz en Euskal Herria, una verdadera paz, o al menos el inicio del camino hacia ella, solo puede llegar a traves de una negociacion abierta, sin imposiciones, pues aceptar las exigencias de una de las partes sin que los que exigen no den los mismos pasos adelante es un probable anticipo del fracaso, al menos del de los que buscan y desean una verdadera democracia en el Pais Vasco (algo dificil de conseguir puesto que no existe tampoco en el resto de España).

Batasuna tampoco debe olvidar una de las caracteristicas que la convierte en uno de los principales partidos de la izquierda revolucionaria española, independientemente de su "nacionalismo": su denuncia de la violencia del estado, su lucha por la democracia socialista, la exigencia de derrumbar el capitalismo que, por su misma estructura ya supone violencia contra trabajadores y pueblos, y la urgencia de luchar contra la violencia del estado por todos los medios.

Condenar un tipo de violencia mientras se aceptan otros es lo mismo que no condenarla. Asi que la exigencia que va a aceptar Batasuna es, probablemente, la de unirse a la hipocresia generalizada de los que se rompen las vestiduras cuando es ETA la que ejerce la violencia pero a los que les importa un bledo que el estado torture, bombardee a poblacion civil en paises invadidos, o prive a gran parte de la poblacion del derecho al trabajo a la vivienda digna (y podria seguir citando actos de terrorismo de estado durante bastantes lineas).

Así que, la gran duda es: si Batasuna acepta condenar la violencia de los atentados de ETA, sometiendose al limitado concepto de violencia diseñado por los intereses politicos dominantes en el estado español, ¿acabara aceptando todos los límites y mirando para otro lado ante el resto de la violencia que el resto de partidos asume e incluso apoya? El camino del reformismo es asi: parafraseando unos versos de Benedetti, "al principio se abre un poco la mano y al final ya no puedes cerrarla".

Por si acaso, y para recordar que la violencia no es solo la que el poder define como tal, termino con unos versos del comunista aleman Bertolt Brecht, escritos en tiempos en el que el fascismo estaba en todo su auge, y que no se diferencian tanto como nos quieren hacer creer de estos que vivimos:

Hay muchas maneras de matar.
Pueden meterte un cuchillo en el vientre.
Quitarte el pan.
No curarte de una enfermedad.
Meterte en una mala vivienda.
Empujarte hasta el suicidio.
Torturarte hasta la muerte por medio del trabajo.
Llevarte a la guerra, etc…
Sólo pocas de estas cosas están prohibidas en nuestro Estado.

Bertolt Brecht

1 comentario:

ANTIMPERIALISTA dijo...

Personalmente creo que a la IA le han metido, desde hace tiempo, en un callejón sin salida tanto el Estado como ETA (tanto monta monta tanto) y que la solución más valiente (mucho más que no aceptar la formula de condenar la violencia), y que nos hubiera venido de perlas en la lucha anticapitalista y antiimperialista, hubiera sido la de denunciar los vínculos (de los que la IA tiene pruebas más que de sobra) entre el Estado y muchos de los miembros de ETA.
Pero claro, la infiltración no sólo alcanza a los grupos armados clandestinos.

Saludos

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