Su papel esencial en la sociedad consumista hace que la misma legalidad se aplique de manera diferente a los delitos cometidos mientras se anda que a los que se ejecutan conduciendo. Asi, la permisividad social hacia los infractores de tráfico tiende a escusarles ante sus infinitas faltas, movidas principalmente por el individualismo que representa el conductor, por la transformación al volante del ciudadano normal, sujeto a la ley y al respeto a los demas, en un dictador del asfalto, con derecho a casi todo en la carretera.
Los accidentes de tráfico, muchos de ellos provocados por la inconsciencia e incivismo de los conductores, provocan mas muertes que el tabaco o que el terrorismo al año, y sin embargo la "comprension", normalmente corporativista, de la irresponsabilidad motorizada justifica todos los incumplimentos de las normas de trafico e incluso las del respeto mas basico entre las personas.
La gran industria tiene mucha culpa en esta proteccion del ciudadano motorizado, al que convierte en una especie de elite, ya que los coches mas rapidos, y mas seguros, constantemente mejorados y actualizados, necesitan ser comprados sin que la seguridad, en otros aspectos de la vida tan fomentada y privilegiada, se convierta en un freno para las ventas.
En definitiva, la alta velocidad, una de las principales causas de muerte en la carretera, es asumida por la mayoria como una causa falsa, y se tiende a justificar con otras explicaciones, el estado de las carreteras, la señalizacion, que el culpable era el otro, o incluso que el verdadero culpable era el que iba muy despacio.
Pero el vehiculo, aparte de una especie de forma de degenaracion del ser humano, cuando este se utiliza como principal medio de movimiento por encima de las propias piernas o que el mas civico transporte colectivo, es tambien un arma mortal cuando el que lo usa no es consciente del verdadero peligro, empujado a creer por la publicidad y los habitos sociales consecuentes que él mismo es un conductor perfecto al que no le puede pasar nada (y asi deja de prestar atencion a las normas -para el equivocadas- y a los consejos -demasiado exagerados-, porque a el no le puede pasar nada). En ningun momento piensa que lo peor es lo que su descuido o narcisismo pueden provocar en los demas.
En fin, que creo que las instituciones deberian perseguir mas metodicamente a este "terrorismo al volante", a esta "delincuencia del motor", causa, como he dicho, de mas muertes que otros muchos tipos de violencia (en este caso la de los constructores y vendedores que fomentan a la velocidad y la hiperseguridad falsa de los vehiculos, pero tambien la de los que conducen su coche como un arma mortal), sin dejarse gobernar por los intereses mas elevados de las industrias.
En Gran Bretaña se han realizado unos anuncios sobre el peligro de conducir como si fuera un placer, en vez de una responsabilidad que pone en juego la vida de los demas, sin recurrir a imagenes sangrientas o violentas, y centrandose, de una forma muy original, de lo importante que es mantener la atención constantemente ante los miles de detalles que se nos pueden escapar: cualquiera de ellos podria llegar a provocar una muerte.
Me ha gustado tanto el anuncio que al final he hecho una reflexion un poco larga ante algo que siempre he visto con mucha preocupacion y que me produce bastante indignacion: el que la sociedad consumista privilegie el uso del coche, con una mayor permisividad social ante determinadas conductas, frente al ciudadano de a pie.
4 comentarios:
Cuando conocí tu blog sobre Rumanía y empecé a leerlo, me gustaron mucho los posts que dedicaste al tema de esta lacra silenciada de nuestro mundo. Es verdad que los accidentes de tráfico con resultado de muerte o graves traumatismos es el aspecto más contundente de este gran negocio, el buque insignia del capitalismo. Pero es inacabable la lista de problemas muy graves que se derivan del absurdo de que cada persona deba tener un vehículo: destrucción de ecosistemas, destrucción de la vida en las ciudades, destrucción de patrimonio histórico, destrucción del paisaje para crear macroautopistas, aumento de las horas de trabajo, etc. etc.
Y, como tú dices, ninguno de estos problemas parece afectar a los que nos mandan, que nos impiden fumar un cigarrillo pero nos incitan -y a menudo nos obligan so pena, por ejemplo, de perder el trabajo- a expulsar metros cúbicos de gases tóxicos por nuestros tubos de escape.
Por no hablar del absurdo de la convivencia de esas campañas y esas multas, que nos recuerdan que no se puede conducir a 200 por hora, con el hecho de que casi cualquier coche que se vende con todas las de la ley alcanza o supera esa velocidad. La Ley nos obliga a comprar pijadas por nuestra seguridad -chalecos fosforitos, triángulos, sillita para bebé- pero ninguna ley impide que compremos coches que pueden alcanzar los 300 por hora, o DVDs para ver nuestras películas preferidas de acción mientras conducimos.
El puto ruido del tráfico ha invadido nuestra vida de tal modo que ya no sabemos como suena una ciudad. Las hileras de chatarra de colorines se han adueñado de las calles de tal modo que ya no sabemos qué es realmente una calle. Cualquier fábrica del extrarradio tiene hoy día un aspecto más humano que nuestras grandes avenidas, desiertas de gente, llenas de ruido y humo.
Por cierto: no me funciona el vídeo, no sé si es solo cosa mía.
Parece que los videos que se suben desde el propio pc dan algun tipo de problema desde ayer en blogger. Espero que se solucione pronto y podais verlo.
El gran negocio y el gran poder de las industrias del coche, y de los conductores, es una gran lacra, como dices, para la vida actual. De hecho el hombre con motor es el animal mas comun en las grandes ciudades, a pesar de que es mas pernicioso para la salud que el tabaco y otras cosas.
Pero el dinero es el dinero, ya sabes...
Salud
http://www.youtube.com/watch?v=L5O3DYjZ_IE
Mientras tanto podeis verlo ahi
Ya se ve bien, pero gracias por el link, José Luis.
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