Pinochet-Micheletti

Desde que Micheletti y el ejercito hondureño dieron el golpe de estado contra Mel Zelaya se comenzó a comparar al asesino de Tegucigalpa con aquel criminal chileno mundialmente conocido por el baño de sangre que organizo en su pais, Chile.

Los paralelismos entre el golpe contra Allende y el que se efectuo contra Zelaya son evidentes: ambos fueron contra la mayoria popular revolucionaria, ambos financiados y apoyados por los itntereses economicos y el ejercito yankee, los dos tuvieron como bandera la represión frente al rechazo del pueblo, y solo les diferencio la duración de su gobierno ilegítimo.

Ahora el final de la dictadura de Micheletti continua demostrando paralelismos entre ambos personajes siniestros. Los dos han abandonado el poder mediante un pacto de las elites del que se ha excluido la voz y los deseos del pueblo, en ambos casos se organizaron elecciones forzosas para justificar un régimen nuevo realmente vigilado por los propios golpistas, y en los dos casos el dictador es nombrado senador vitalicio en un intento de evitar que sean juzgados por su abominables crímenes.

El golpe de estado contra el rumbo que el pueblo hondureño habia decidido tomar, su integración en el ALBA y su alejamiento de las imposiciones gringas, se consolida como si hubiera dado lugar a una democracia, y sin que sus dirigentes tengan nada que temer. Asi el ejemplo de una jugada maestra en la cual la decision popular se encauza hacia los intereses de las elites se convierte en un ejemplo que otras oligarquias podrian seguir. En total, dar un golpe de estado no es para tanto, y al final con unas elecciones de pega y un nombramiento como senador vitalicio de los crimenes y actos ilegales se hace borron y cuenta nueva y todo olvidado.

Una nueva forma de injerencia "mas sutil" que quizas sea la unica aportacion de Hussein Obama al constante intervencionismo norteamericano en Latinoamerica, y que pretende ser mas "civilizada" en apariencia, aunque en el fondo es igual de salvaje y criminal (o si no mirad las manos de Micheletti llenas de sangre).