Desde el invierno de 1936 hasta el final de la Guerra Civil se enfrentron a la aviacion alemana e italiana al servicio de Franco (o viceversa), hasta que el abandono del resto de las democracias europeas hizo que la guerra se perdiera, teniendo que atravesar la frontera con Francia para acabar en el Campo de concentracion de Gurs (un campo de concentracion frances, no nazi).
Desde alli Bravo se fue a la URSS, donde llegó a ser jefe de una escuadrilla de Kittyhawks que se encargó de mantener a raya a los nazis, empeñados en bombardear los pozos de petróleo de la región de Bakú.
Parece ser que un día recibió la orden de escoltar a dos aviones Li-2 con rumbo desconocido. En uno iba José Stalin. Acudía a una cita secreta con Churchill y Roosevelt sobre las estrategias comunes de la Segunda Guerra Mundial (solo las estrategias pues los objetivos eran distintos, para Stalin vencer al fascismo definitivamente, para Churchill y Roosevelt derrotarlo para continuarlo de manera moderada).
Cuando aterrizaron en Teherán, Bravo hizo ver al jefe soviético que los uniformes de sus hombres eran muy malos y se los comía el sol de Ucrania. Días después recibió unos trajes ignífugos, superiores. De su apasionante vida nos dejó "El seis doble" –la ficha de dominó pintada en su Mosca–, libro lleno de lecciones de coherencia y dignidad.
Una dignidad y una coherencia que, tantos años despues de aquella lucha de liberacion en la que participó de principio a fin, son poco fomentadas como valores por unas instituciones que sacralizan, sobre todo, en el beneficio personal ( exactamente contra lo que luchó Bravo en el ejercito popular y en el ejercito rojo).
Fuente: http://blogs.publico.es/elrunrun/544/hasta-siempre-al-ultimo-aviador-republicano/
2 comentarios:
Hasta siempre seis doble
A todos les llega la hora. Últimamente me asombra cómo el ejército del aire español ha asumido a los aviadores republicanos como propios. Cuando estaban reconstruyendo un "Mosca" para el museo del aire de Cuatro Vientos, contaron con el consejo de Bravo y el caza resultante, en condiciones de vuelo, fue pintado como el suyo: el seis doble. Lo vi y, como soy un sentimental, me emocioné un poco.
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