El golpe de estado sucedido en Chile el 11 de septiembre de 1973 suposo un ataque al corazon del despertar de America del Sur, una zancadilla al proceso de revolucion democratica que Salvador Allende y la Unidad Popular iniciaron y al que los intereses norteamericanos y de la oligarquia chilena cortaron las alas nada mas empezar.
Exactamente lo mismo que se intento hacer el siglo siguiente, en 2001, con Hugo Chavez, al que se secuestro para echarle del pais y cortar la incipiente revolucion bolivariana que tantos dolores de cabeza esta dando hoy a los amos del mundo y tantas alegrias al pueblo americano, tanto de Venezuela como de los paises que siguieron su estela.
El 11 de septiembre el general vendido a intereses externos, a la CIA y a las multinacionales del norte del rio Bravo, el genocida Pinochet, lidero a cambio de una gran fortuna el asesinato de la soberania chilena, y con ella la de su presidente, Salvador Allende, que lejos de huir o rendirse resistio en el palacio de la Moneda, junto a la Avenida de la Alameda, en Santiago, los ataques de los mercenarios chilenos y de sus generales criminales.
La dictadura chilena, que dejo para la historia miles de muertos y desaparecidos, como sucedio tambien en la paraguaya, la argentina, la uruguaya o la brasileña, entro otras, bajo la batuta directora de los servicios secretos norteamericanos, nunca pudo vencer el ejemplo revolucionario y patriota de Allende, ejemplo que quedo prendido en los corazones latinoamericanos y que fue encendiendo por toda America del Sur el anhelo de la revolucion.
Hugo Chavez, Rafael Correa, Ortega, y Evo Morales son sus grandes herederos de hoy dia, todos, como Allende, con el ejemplo grandioso de la revolucion patriota de los barbudos en Cuba, el de Fidel Castro y el pueblo cubano, pero adaptando la lucha a la democracia (a esa democracia real que nos falta tanto en Europa).
Si hay una fecha clave en la historia de America es el golpe de estado del mercenario Pinochet y sus amos de Washington, por encima de autoatentados genocidas para justificar matanzas e invasiones, por encima de antiguos muhaidines transformados por arte de magia en la Al Qaeda terrorista: Allende fue, despues de Castro y el Che, el ejemplo a seguir, el espiritu vivo que permanecio sembrando por la patria grande el ansia de libertad y rebelion.
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