Ahora que Zelaya se encuentra por fin en Tegucigalpa, arropado por Lula, pero tambien por toda la comunidad internacional, llego la hora de la verdad para los criminales hondureños, tambien conocidos como los sicarios de Micheletti. Los golpistas estan rodeando el pedazo de Brasil que es su embajada, asediandola y acosandola. Igual sucede con la embajada argentina, donde han quitado la luz y el agua corriente.
¿No es esto una declaracion de guerra en toda regla?
Me indigna que aun en estas condiciones, cuando los criminales de Romeo y Micheletti estan mostrando su verdadera mala calaña, todavia se siga hablando, incluso por el propio Zelaya, que hay que negociar entre las partes, y que hay que buscar una solucion pacifica.
Poner parches a las dictaduras es una mala solucion, porque luego pasa que los mismos tumores que la crearon permanecen disfrazados de democratas pululando por los parlamentos y los medios de comunicacion. Para curar la enfermedad del fascismo lo que hay que hacer es extirpar el mal.
Asi que Zelaya, Lula y America entera deberia apoyar a los tres paises que han sido agredidos de momento, en primer lugar Honduras, donde ha habido muertos, cientos de heridos y miles de detenidos, y donde se violo la soberania popular por unos cuantos delincuentes disfrazados de politicos, periodistas, empresarios y militares. Pero en segundo lugar, Brasil y Argentina, que mantuvieron en Honduras sus embajadas y estan sufriendo un ataque en toda regla.
Se acabo de hablar de salidas negociadas, que daran lugar a democracias mutiladas como la española. Los golpistas siempre lo continuaran siendo moral y eticamente, y deberian serlo tambien legalmente y, por lo tanto, pagar sus crimenes con las condenas correspondientes. Esa es la salida democratica a este asalto militar al poder. Cualquier otra cosa sera una nueva chapuza que, como en tantas otras ocasiones, solo beneficiara a la oligarquia y en la cual el pueblo sera de nuevo el mayor perjudicado.
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