Yo también me llamo "Rodriguez"

El servicio de noticias israelí "YNET" informó de que militares israelíes que participaron en la operación "Plomo Fundido" en Gaza a finales de 2008 -en la que asesinaron a más de 1.400 palestinos, en su mayoría civiles- han recibido postales acusadoras con fotos de palestinos muertos enviadas desde España.

Una de las tarjetas, por ejemplo, muestra una foto de un niño, palestino, muerto y con el cuerpo sepultado por escombros, subrayada con la leyenda: "¿Cómo explicas esto a Dios?, y otra es con la imagen de una mujer palestina herida o muerta, sujeta por un soldado.

Las cartas, firmadas por un tal "Rodriguez", vienen en sobres en los que la dirección está escrita a mano y han sido enviadas desde una oficina de correos de Madrid. Lo cierto es que el apellido está bien elegido por la persona u organización remitente, pues los autores del envío podriamos haber sido millones de españoles, hartos e indignados del genocidio israelí contra el pueblo palestino, y que en este caso nos sentimos identificados con tan "anónimo" nombre.

El coronel en la reserva Bentzi Gruber, uno de los receptores de las misivas, declaró a YNET que "Estoy acostumbrado a las maldiciones y el sarcasmo, pero cuando algo así llega a tu casa, es muy desagradable", aunque no afirmó lo mismo entonces cuando él y sus hombres masacraban a inocentes palestinos.

Su dirección postal, al igual que la del resto de los destinatarios, se hizo pública hace diez días en una página web que le acusaba de ser criminales de guerra. La web (que fue quitada de la red poco después de conocerse su existencia en Israel), detallaba los nombres, fotos, direcciones, cargo, rango y otros detalles personales de 200 militares israelíes que participaron en el ataque a la franja palestina.

La  Oficina de Información del Ejército israelí hizo público un comunicado en el que se decía que  "las Fuerzas de Defensa de Israel condenan el uso indebido y difamación de cientos de datos privados de oficiales y soldados del ejercito, bajo el titulo de "criminales de guerra", sin ninguna base ni prueba fehaciente".

Desde aquí ignoramos que otra prueba hace falta después de disponerse de cientos de testimonios de soldados israelís arrepentidos, imágenes de bombardeos indiscriminados y pruebas del uso de armas prohibidas (además de la evidencia del régimen de apartheid al que se somete a los ciudadanos palestinos).

Así que, aunque los receptores se hayan sentido molestados tras abrir el correo, en este caso la postal no fue mas que el mensajero de la verdad (y, como en tantas ocasiones, la verdad, sobre todo cuando muestra el horror del que algunos son capaces, duele).