En el periódico "Diagonal" aparece publicado un artículo en el que se llama la atención sobre el falso laicismo argumentado para justificar actitudes islamofobas, como en el caso del uso del velo islámico, pero no solamente. Y se hace algo que los medios de comunicación no suelen hacer: preguntan a las mujeres que lo llevan, y escucharlas.
Asi en el artículo "Las mujeres también tienen voz sobre el velo", se pregunta a diferentes mujeres musulmanas su opinion sobre el hiyab y sobre la campaña mediática contra su uso.
Tanto las instituciones como los medios de comunicación suelen considerar, sin dejar lugar a la duda, el uso del velo como una imposición a las mujeres musulmanas, sin preguntarlas a ellas si consideran que estan sometidas o si lo deciden libremente (todo lo libremente que puede decidir una persona en la cultura y circunstancias en las que vive, igual que elige una mujer llenarse la cara de cosmeticos, depilarse, o llevar los insufribles y "fashion" tacones).
También se hace mención en el artículo a las diferencias dentro del Islam, a su diversidad, aunque nosotros los monolíticos occidentales tendemos a imaginar a los otros tan fanáticos o mas que nosotros mismos.
En cuanto al laicismo, Sirín Adlbi Sibai, española de origen sirio y de confesión musulmana, e investigadora en el Taller de Estudios Internacionales Mediterráneos de la Universidad Autónoma de Madrid, aclara algo que tendemos a olvidar desde nuestro laicismo postizo y, en realidad, racista:
“Hay una mala interpretación del laicismo y de lo público. Las que tienen que ser laicas son las instituciones, pero las personas son libres de exteriorizar lo que quieran a través de sus cuerpos".
Nessrín el Hachlaf Bensaid, licenciada en Derecho, nos habla del articulo 16 de la Constitucion Española, en el que se regula la libertad ideologica y religiosa, e incide sobre la permisividad en algunos casos y la campaña por la prohibición en otros:
“El velo es de la esfera privada, no atenta contra el laicismo de un país. Es irónico que se prohíba el velo islámico y no el de las monjas. Eso es racismo”.
También se describe que existen diferentes tipos de velos, producto de las diversas culturas y religiones del mundo, no sólo en regiones árabe-musulmanas. El hiyab es uno de ellos. Además, los usos del hiyab son muy diversos.
“Hay que hablar del hiyab en plural. Como fenómeno social es extremadamente complejo, cada mujer puede darle diferentes sentidos: formas de significación estética, político-identitaria, social, étnico, espiritual...”, matiza Sirín.
La consideración del hiyab como símbolo religioso impuesto a las mujeres es una interpretación errónea a los ojos de estas musulmanas que conocen bien la tradición islámica:
“No hay ningún precepto islámico que obligue a las mujeres a cubrirse la cabeza, es una recomendación tanto a mujeres como a hombres”, según Nessrin. Por su parte, Sirín reconoce que “si fuese impuesto atentaría contra el concepto islámico de la no coacción”.
M. Laure Rodríguez Quiroga, española convertida al islam hace ocho años y presidenta de la Unión de Mujeres Musulmanas en España (UMME), comenta que ser mujer musulmana va más allá del hiyab, unas eligen usar el pañuelo y otras no, y que no, y esto lo aporto yo, no es una cuestion tan simplista como la simplicidad y el fanatismo cristiano- occidental intenta hacer creer.
Entre las tres mujeres ya encontramos diversas consideraciones sobre el hiyab. Sirín lo lleva por “una razón espiritual, por amor a Dios. Según esta investigadora de los feminismos islámicos (un termino que a muchos les parecera contradictorio llevados por su deformada vision de la realidad, a veces se le da demasiada importancia a los usos identitarios del hiyab cuando, para ella, el uso mayoritario en el Estado es espiritual, “es algo así de simple”.
Sirin decidio a los 20 años ponerse el hiyab. Sus padres son religiosos y practicantes pero cuando su hermana mayor se puso el velo lo hizo en contra de la voluntad de ellos, que temían que fuera a tener muchos problemas. Reconoce que en la universidad es fácil llevar velo, pero “cuando bajo al metro hay un acoso tremendo, están los que me miran con cara de odio y los que me miran con cara de pena”.
Nessrín tambien se desmarca del uso del velo como identidad política, “yo soy musulmana y no tengo que llevar un cartel”. Sin embargo dice que es posible también que las chicas jóvenes como Nawja, la alumna que sufrio una persecución por su instituto de Pozuelo, en Madrid, por llevar velo, no hagan un uso religioso sino estético de él, lo ha observado en las encuestas que ha realizado en diversos institutos: “Te dicen que llevan el velo porque son musulmanas y no saben ni en qué dirección se orienta la Meca”.
M. Laure también reconoce que lleva el hiyab, qué más allá de un trozo de tela es “la dimensión espiritual a la que alude el Corán”.
Sin embargo, en los debates mediáticos españoles el unico mensaje es el que vincula el hiyab con la opresión de las mujeres en la cultura islámica. Y lo peor es que incluso las mujeres que se reconocen como feministas apelan lo reafirman sin preguntar a las propias mujeres que lo portan.
Sirín considera que este discurso es islamófobo, “producto de siglos de dominación colonial (...), sirve a intereses políticos y económicos, como ocurrió con la imagen de la mujer afgana ataviada con la vestimenta de una etnia, la pastún: el burka sirvió para justificar la guerra contra Afganistán.
Nessrín comenta que la aparición de mujeres musulmanas como objeto de noticia ha aumentando en los ultimos tiempos, pero siempre en relación con el velo. “Es muy triste que seamos noticia por el velo y siempre se nos asocia a sumisión".
“Esta interpretación del velo como algo opresor pone una vez más a las mujeres en el centro del conflicto. Siempre se usa la vestimenta de las mujeres, las convierten en objeto de mediación de las libertades de una sociedad. Si se cubren las tachan en un lado; si no, las tachan en otro”, advierte M. Laure. Reconoce que los medios de comunicación transmiten connotaciones negativas en las imágenes de las mujeres musulmanas: “no abundan las representaciones de mujeres musulmanas como sujetos activos".
Los medios siempre dan una información interesada, islamofoba, y hacen caso omiso de las versiones alternativas. Por ejemplo, el III Congreso de Feminismo Islámico no fue apenas cubierto porque no se hablaba de mujeres víctimas sino activas, y eso no es conveniente de mostrar, pues lo que interesa es crear una opinion pública a favor de la uniformización y en contra de la diversidad.
En definitiva, y tras la entrevista a estas tres mujeres musulmanas que optaron libremente por llevar velo, nos damos cuenta que el no preguntarlas no es un descuido involuntario de los medios o de los propios ciudadanos, sino una actitud consciente que justifica el fomento de actitudes racistas, el enfrentamiento entre ciudadanos y, sobre todo, la busqueda de una masa mas uniforme y mas controlable (ademas de la justificación de brutalidades militares en los paises mayoritariamente musulmanes y con muchos recursos naturales).
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Las-mujeres-tambien-tienen-voz.html
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