Centenares de miles de jóvenes se han manifestado en las principales ciudades portuguesas contra los recortes sociales y la precariedad laboral. La "generación en apuros" convocó las manifestaciones de modo independiente de los partidos políticos y de los sindicatos, algo bastante lógico dada la poca combatividad de estos últimos en toda Europa (salvo en Grecia).
Mientras tanto, los españoles siguen plácidamente resignados ante la situación que no es mucho mejor que la de Portugal.
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