El pueblo griego sigue dando lecciones de dignidad al resto de los domesticados europeos. Además de seguir saliendo a la calle una y otra vez en defensa de sus derechos, empiezan a triunfar campañas de desobediencia civil, como la de no pagar el transporte público o las autopistas, y que empiezan ya a preocupar al gobierno.
Bajo el lema 'Den Pliróno' (Yo no pago) se agrupan ciudadanos de todo tipo con un objetivo común: "No pagamos la crisis creada por otros". Este movimiento ha decidido usar gratis el transporte público y no soltar un euro en los peajes de las carreteras. Los activistas de este movimiento viajan sin billete, taponan las máquinas expendedoras o levantan las barreras de los peajes. Publican fotos en su web y animan a seguir su ejemplo.
Una encuesta elaborada por MRB y publicada este domingo por un medio local señala que más del 56% de los griegos aprueba esta forma de protesta, frente al 39% que no la apoya. El número de pasajeros que opta por viajar gratis ha aumentado hasta rozar el 40% en los autobuses y hasta un 15% en el resto de los medios de transporte, según estimaciones oficiales recogidas por Efe. Y las empresas concesionarias estiman que entre un 15% y un 18% de los conductores no pagan los peajes, frente al 6% que lo hacía hace menos de un año. "Hablamos de unos 8.000 usuarios al día", afirman desde Nea Odos, una compañía que opera una de las autovía en el país.
El encarecimiento de las tarifas en el transporte urbano, que oscilan entre el 28% y el 80%, y también en los peajes ha elevado el tono de las acciones, que se han culminaron el pasado 1 de marzo en una manifestación que llegó a las puertas del Parlamento. "¿Pagar 1,40 euros por un billete? Es una subida del 40% cuando todo lo demás baja: sueldos, pensiones, ayudas", dijo un consultor de TI de 48 años a Reuters.
Desde que Grecia comenzó a imponer las medidas de austeridad ordenadas desde Bruselas y el FMI para recortar el déficit y superar las consecuencias de la crisis, los empleados públicos y los jubilados han visto rebajados su salarios y pensiones. Además, impuestos como el IVA se han elevado al tiempo que los precios han subido tanto como para que los griegos hayan sufrido también una pérdida de hasta el 25% de su poder adquisitivo.
La consecuencia es que los griegos cada vez exigen mas que sea la Plutocracia la que pague la factura de la crisis, y no los trabajadores, y exigen que se luche contra la evasión fiscal para tapar agujeros en el presupuesto estatal.
El gobierno se esfuerza por luchar tanto contra las manifestaciones (utilizando la violencia policial) y contra otros actos de rebeldia rebeldía ciudadana, endureciendo las multas y criticando con dureza a sus instigadores. De hecho, intentan criminalizar al movimiento "No pago" afirmando, como hizo el portavoz del gobierno Yorgos Petolatis, que "no es un movimiento, son unos aprovechados" (por supuesto que no dice lo mismo de los propios miembros del gobierno o de los causantes de la crisis, la oligarquia europea y griega).
Por su parte, el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, ha advertido del creciente riesgo de que este movimiento afecte no sólo a los presupuestos del Estado, sino también a futuras inversiones comprometidas por las empresas. "Si los contratos fallan, lo que es una posibilidad, la credibilidad del país se verá dañada", afirmó en el Congreso.
Quizás es hora de dejar la solución de la crisis al mismo pueblo, en vez de exigirle que corra con la mayor parte del esfuerzo para pagarla, mientras se sigue dejando la solucion en manos de la ineficacia y la ambicion de los que la provocaron.
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